A jugar

Un nuevo reto

Lo que pasó cuando aprendí a esquiar

¿Qué pensarían si les dijera que me atreví a bajar 3,500 metros de altura esquiando? ¿Y qué pensarían si les dijera que fue la segunda vez que practicaba este deporte en mi vida?

¡Extremo total! Y la palabra extremo se queda corta.

Este año, recién cumplidos mis 26, decidí volver a esquiar —ya lo había intentado una vez— y fue una de las experiencias más intensas y gratificantes de mi vida. Creo que nunca me había caído tantas veces en un solo día, mucho menos sobre nieve (que creanme, no es tan suave como parece) y nunca había tenido que volver a levantarme tantas veces.

¿Sabían que hay alrededor de 2,000 lugares en el mundo donde se puede esquiar? ¿Y que al año más de 400 millones de personas practican este deporte?

Y a mí, que ahora soy una de esas 400 millones de personas, nunca antes se me había ocurrido practicar un deporte tan particular y de tanto contacto con la naturaleza como el esquí. Ahora, basado en mi experiencia les puedo decir que efectivamente haberlo aprendido de niña hubiera sido mucho más fácil que como adulta. Caerse sobre tu propia cola múltiples veces en una hora con la edad se vuelve más doloroso.

Ese grado de dificultad, tener que aprender algo desde cero en condiciones muy distintas a las que estoy acostumbrada, y mis ganas de poder lograrlo hicieron de este reto una experiencia muy significativa e inolvidable.

Debo confesar también que no me involucraba en un deporte serio desde el colegio, cuando jugaba voleibol. Entonces me encantaba la adrenalina y esa necesidad de hacer cada movimiento mejor, de competir conmigo misma y ser parte de un equipo.

La verdad es que no puedo comparar ganar un partido de voleibol con lo que sentí en esas montañas nevadas. El esfuerzo físico y mental, la emoción de sentirme balanceada sobre los esquíes, estar rodeada de un paisaje impresionante, de esa naturaleza blanca, pristina e inmensa, es algo que que nunca antes había experimentado.

En el camino montaña abajo, volví a caerme (sí, perdí la cuenta), me levanté y a momentos, sentí que casi volaba. En ese trayecto algo en mí cambió.

En este caso fue un deporte extremo. Quizás pudo haber sido aprender un nuevo idioma, irme a vivir a un nuevo país o hablar en público, no importa. El punto es que sobre los esquíes comprendí una cosa: asumir un reto con ganas, asumirlo al 100% y dar todo de ti, te puede cambiar.

Esta experiencia me hizo sentir viva. Me hizo sentir la importancia de tener un propósito claro y que puedo lograr todo lo que me propongo si le meto pasión, esfuerzo y disciplina, sin importar cuántas veces me caiga. Sobre todo, aprendí que cada vez que tenga un reto debo dar todo de mí para superarlo.

Y no solo en los retos, sino también en la vida cotidiana. Cada día puede ser una montaña que te propongas esquiar, aunque nunca lo hayas hecho antes. Lo importante es cuánto te esfuerces por lograrlo.

Me tomó varios días para sentirme cómoda esquiando y para el final lo pude hacer con gracia, pero claramente no soy ninguna profesional. Mi meta era aprender y poder esquiar una montaña entera. Fue una competencia conmigo misma y la gané.

Por eso hoy te invito a que escojas una cosa ¡lo que sea! Algo que has esperado hacer mucho tiempo o algo que solo ahorita se te ocurrió. Lo importante es que lo hagas y te metas de lleno. Hacer el oso es parte del proceso y caerse definitivamente también. Escoge un algo nuevo y dale todo lo que tienes, eso es lo que hace de un reto una meta conquistada.

Yo decidí aprender a esquiar. ¿Qué harás tú?

Cuéntame por medio del hashtag: #Unnuevoreto

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Comentarios

  1. Avatar
    Rubén dice:

    #unnuevoreto es aprender a no sentirme ni mostrarme débil frente a opiniones

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    edgar gomez dice:

    buenas noches.
    saber que juegas voley y que existe algo mas que me puede hacer mas feliz es alucinante, y en donde debo involucrarme tanto como el voley, me hace pensar que todo va en la pasión que se le imprima y la actitud que uno le quiera dar. me en cantaría poder aprender nuevos idiomas con facilidad, y como ya lo dijiste uno se debe meter de lleno, en mi caso lo debo ver como el voley un gusto y sentir que todo fluye. que bueno saber haces muchas cosas, y que a todas las tomas con las mejores energías. éxitos

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    Leidy dice:

    Aprender a tocar piano. Es algo que he aplazado porque estoy ahora dedicando todo mi esfuerzo en tener un inglés fluido.

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    @kissmeaqui dice:

    Me esfuerzo por no lastimar los sentimientos de los demás, hacerlo habla de la poca sensibilidad y poco corazón en mi, si tengo un problema o diferencia con alguien lo hablo con esa persona y si no hay arreglo, adiós pero sin rencor sin burla.

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    Ricardo León Rodríguez Varela dice:

    Tienes razón Paulina,lo que uno se proponga a hacer con esfuerzo y disciplina lo consigue.Yo no se esquiar pues nunca he ido a un país donde caiga la nieve,no he tenido la oportunidad de ir;pero a mí me gusta mucho el deporte concretamente el atletismo donde yo vivo que es en Navarra bello Antioquia voy mucho al estadio a trotar;la meta que me gustaría obtener sería correr o trotar los 10kilometros y luego conseguir con esfuerzo trotar la media maratón que son 21kilometros 500metros.Pero lo más importante es que lo que uno se proponga a hacer con esfuerzo lo consigue en la vida.Te admiro mucho Paulina por lo emprendedora que eres en la vida,eres un ejemplo a seguir.

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    Valentina dice:

    Yo quisiera aprender por que se ve que es super cool esquiar me alegro que allas gano tu competencia

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    Roxy dice:

    Quiero y debo aprender a hablar inglés, porque estudio Negocios internacionales, pero es difícil para mí y no he podido dedicarle el tiempo a esto, no sé por dónde empezar, me estresa está situación.

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    M dice:

    Quisiera aprender a conquistar tu corazón, me gustaría ser cantante solo por un día y dedicarte muchas canciones, y tambien seria muy “cool” intentar esquiar.

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